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Batman: Li’l Gotham – Volume 1

octubre 17, 2016

Batman: Li'l Gotham - Volume 1

Hablando muy superficialmente, Batman: Li’l Gotham es una serie de comics en que la Bat-Family y sus villanos son dibujados como monos chicos cabezones. Partió siendo publicada sólo digitalmente en 2012, pero en 2013 empezó a publicarse también en forma impresa. La serie tuvo 24 historias, publicadas en 24 números digitales y 12 impresos, y finalmente recopiladas en 2 tomos de tapa blanda (trade paperbacks).

Cuando vi portadas de la serie en los previews de DC Comics en la época de su publicación, desconfié inmediatamente. El estilo de dibujo me recordaba a la estética chibi del manga y hacía que los personajes parecieran niños jugando a justicieros y criminales. La cosa se veía como un producto dirigido a un público infantil a la manera de DC Super Friends; o quizás algo como Teen Titans Go!, en que los personajes son sacados de su contexto original y puestos en situaciones humorísticas casi sin relación con el género superheroico, apelando a una estética «cute» o «kawaii» para enganchar a un público distinto al lector de superhéroes. No parecía algo que un fan de «la vieja escuela» como yo fuera a disfrutar, así que lo dejé pasar.

Sin embargo, cada cierto tiempo me topaba con ilustraciones de la serie en Internet, y no podía evitar sentirme atraído por ellas. Su tono aún me parecía «demasiado alegre» para un cómic del universo de Batman, pero no podía negar que estaban bien hechas. No sólo desde el punto de vista técnico, sino que además la actitud de cada personaje era la correcta; a través del lenguaje corporal, expresiones faciales y una sutil acentuación de tal o cual rasgo físico, el arte lograba transmitir las personalidades de cada uno con éxito. Era claro que el ilustrador conocía a estos personajes. Además, en las imágenes aparecían desde favoritos de los fans como Batman y Harley Quinn, hasta personajes no tan conocidos por el público mainstream, como The Mad Hatter y Man-Bat; o sea, la gente detrás de esto se había leído algún cómic de Batman, no eran unos aparecidos que llegaban a explotar una franquicia popular sin tener idea de su pasado. Comencé a sentir curiosidad por cómo serían las historias.

Un día me topé con el primer trade paperback en una librería y decidí comprarlo para salir de la curiosidad. Y bueno, aquí va mi reseña:

Batman: Li’l Gotham es un título de Batman con un enfoque para todas las edades. Es un cómic que se lo puedes pasar a un niño y se va a entretener y entusiasmar con las aventuras de Batman y su extenso grupo de personajes secundarios, pero también puede ser disfrutado por un lector mayor que disfrute historias de aventuras superheroicas.

El tono de la serie es, en general, de comedia, pero eso no significa que las historias sean una farsa de comienzo a fin. Hay momentos de acción con los elementos clásicos de las historias de Batman, como artes marciales, ninjas, artefactos y vehículos de alta tecnología; y momentos de genuina emoción derivados de la interacción entre los personajes, con las relaciones familiares como tema central. Esto no es Teen Titans Go!, aquí no vemos a la Bat-Family metiéndose en bufonescas situaciones mientras van de compras al mall o salen a comer pizza. Las historias de Batman: Li’l Gotham exploran a los personajes del universo de Batman, tanto a los héroes como a los villanos, mientras hacen lo que es su razón de ser: detener o cometer crímenes. La mayoría de las tramas, con algunos leves ajustes, perfectamente podrían ser vistas en los títulos «normales» de Batman: Mr. Freeze secuestra a un grupo de niños para «protegerlos» de la maldad del mundo; The Riddler emprende una ola de crímenes y manipula a Batman para que crea que la culpa es de otros villanos; The Mad Hatter coloca una bomba en uno de los huevos de Pascua que buscan un grupo de niños en un parque, por nombrar algunos ejemplos. Y si bien hay un tono de comedia e incluso algo de parodia, no se cae en la sátira camp de la serie de TV sesentera de Batman. La serie no busca reírse de lo ridículos que son todos estos tipos disfrazados con coloridos y ajustados trajes. Por el contrario, se nota que los creadores Derek Fridolfs (co-escritor) y Dustin Nguyen (co-escritor e ilustrador) sienten un gran cariño por Batman y su universo de personajes, y que son fans desde hace tiempo y han leído harto. La comicidad surge de los diálogos y la interacción entre los personajes, además de ciertas situaciones que no se verían en un cómic de Batman «normal», pero que se resuelven de modo fiel a la definición tradicional de los personajes. Ejemplos: Barbara Gordon invita a su padre a cenar para celebrar el Día del Padre, pero el restaurante está lleno y se ven obligados a compartir una mesa con Rä’s Al Ghul y Talia, lo que hace que la velada se torne sumamente incómoda; Bane lidera una banda de tipos rudos vestidos como luchadores de lucha libre mexicana; Damian Wayne le cuenta a Bruce que uno de sus mejores recuerdos familiares de infancia es cuando Rä’s Al Ghul probaba la fosa de Lázaro tirando cadáveres en ella y luego él, su madre y su abuelo luchaban contra los zombies enloquecidos que salían de la fosa.

Se agradece que las historias sean disfrutables por un público de todas las edades. Desde hace ya varios años que las editoriales de comics de superhéroes en EEUU se han enfocado en lectores adultos y temáticas más bien oscuras (excesivamente oscuras en algunos casos, se podría decir), dejando pocas opciones para que un(a) niño(a) pueda iniciarse en la lectura del género superheroico. El mérito es aun mayor considerando que la serie salió en un momento en que DC Comics estaba metida de lleno en el asunto de los New 52, que estableció un tono bastante oscuro, especialmente en los comics de Batman. En Li’l Gotham no hay mutilaciones faciales, ni sexo explícito, ni niños asesinados. Todo lo contrario, hay una atmósfera de optimismo e inocencia, se siente desde el comienzo que en cada historia las cosas van a terminar bien, y al final queda una sensación de que Batman, sus aliados y los villanos a estas alturas de la vida son todos un gran grupo de amigos (aunque se agarren a puñetazos y patadas cada cierto tiempo). Se pueden ver cosas que no se ven en los comics de Batman «normales» y quizás deberían verse, al menos de vez en cuando: una cena familiar en la Mansión Wayne con Bruce, Alfred y todos los sidekicks celebrando el Día de Acción de Gracias; Batman y Talia haciendo una tregua para que Damian pueda pasar el Día de la Madre con ella; Batman y los 4 Robins cocinando la cena (o al menos intentándolo) para que Alfred pueda tomarse la tarde libre. Pequeños toques de humanidad que llegan a ser conmovedores.

El manejo de personajes está bastante bien llevado, se logra que los personajes del universo de Batman encajen con el tono optimista y cómico de la serie, sin que por ello dejen de sentirse como los personajes que uno conoce desde hace años. Batman, como siempre dedicado a su misión de modo tan intensamente obsesionado como disciplinadamente enfocado. Nightwing es el hermano mayor que derrocha carisma y sabe conjugar la diversión con el trabajo, pero sin dejar de cuidar a los demás. Damian Wayne es tan arrogante e insufrible como siempre, pero uno termina encontrándolo divertido y hasta agarrándole cariño al ver que carga con una historia familiar complejísima. Katana está muy bien usada, la química entre ella y Damian es un hallazgo notable de la serie, me hizo desear que hubiera tenido más participación en los títulos de Batman de la continuidad post-Crisis (me parece que con Cassandra Cain habrían hecho buena dupla).

Una vez que me acostumbré a los «monos cabezones», me fijé más detenidamente en el estilo visual de la serie y me di cuenta de que es una maravilla. Si bien las proporciones anatómicas de los personajes no son realistas, la deformación no llega a ser tan extrema como en la estética «super deformed» o «chibi» que a veces se ve en el manga y el anime. Más bien, son proporciones que se podrían encontrar en el dibujo humorístico clásico de autores como Carl Barks o Themo Lobos, pero conjugadas (de manera muy eficaz) con la estética de los comics de Batman. En un período en que los títulos de superhéroes de DC Comics tenían una estética uniforme que buscaba replicar el estilo de Jim Lee, Batman: Li’l Gotham proporcionaba un poco de bienvenida variedad en el plano visual. El color está hecho completamente con acuarelas, lo que además de ser muy bonito le da a la serie un feeling como de libro ilustrado para niños. Como señalé antes, el dibujo refleja muy bien las personalidades de los personajes mediante su lenguaje corporal y sus expresiones faciales. El arte incluye algunas referencias visuales a obras clásicas, como The Dark Knight Returns o Batman: The Animated Series (con cameo de Paul Dini incluido; algo apropiado considerando que todas las historias tienen como telón de fondo la celebración de alguna festividad).

La narración está muy bien ejecutada. Cada historia tiene sólo 10 páginas, pero Fridolfs y Nguyen se las arreglan para incluir en ellas un volumen de información considerable, sin descuidar el factor entretención, logrando que la trama avance a buen ritmo y mantenga un equilibrio entre acción y desarrollo de personajes.

Otra cosa que vale la pena mencionar es que, aunque Batman: Li’l Gotham fue publicada mientras los New 52 eran la continuidad oficial de DC Comics, el look y las personalidades de los personajes en la serie son los de la continuidad post-Crisis (las únicas excepciones serían Catwoman, cuyo traje de los New 52 es de todos modos casi igual al que tenía justo antes de Flashpoint; y Jason Todd, quien aquí es un miembro más del equipo de Batman, en lugar del sociópata asesino que había pasado a ser en los últimos días de la continuidad post-Crisis). Batman usa su traje estilo Year One que utilizó entre 2000 y 2009, considerado por algunos como su mejor look en toda su historia. Nightwing aparece con su traje negro y azul introducido en 1995, que ya ha quedado como su look más característico. Tim Drake usa el traje original de Red Robin (pero con la capucha hacia atrás, lo que me parece que funciona mejor para Tim). Barbara Gordon aparece en silla de ruedas y ejerciendo su rol de Oracle (Esto permite que los lectores más jóvenes puedan ver a una heroína en silla de ruedas luchando contra criminales como una integrante más de la Bat-Family, lo que siempre va a ser muy bueno). Los opositores al reboot de los New 52 que añoren las versiones pre-Flashpoint de Batman y los demás habitantes de Gotham, tienen aquí una oportunidad de reencontrarse con esa versión de los personajes.

En conclusión, juzgando por el primer trade paperback (que recopila la primera mitad de la serie), Batman: Li’l Gotham es un muy buen cómic de Batman para todas las edades. Los niños que recién estén conociendo a Batman y su universo, y los adultos que echen de menos la versión post-Crisis/pre-Flashpoint y estén abiertos a este particular enfoque, lo disfrutarán. Quienes quieran historias de Batman llenas de angustia existencial y violencia exacerbada, tendrán que ir a buscarla en otros títulos (no tendrán que buscar demasiado, en todo caso).

 

BATMAN: LI’L GOTHAM – VOLUME 1
– DC Comics, 2014.
– Volumen de tapa blanda (trade paperback).
– Recopilación de historias publicadas en Batman: Li’l Gotham #1-6 (DC Comics, 2013), originalmente publicadas en forma digital como Batman: Li’l Gotham #1-12 (DC Comics, 2012-2013).
– Guión: Derek Fridolfs y Dustin Nguyen.
– Ilustraciones: Dustin Nguyen.
– Rotulación: Saida Temofonte.
– Portada: Dustin Nguyen.